La primera temporada de esta serie de Netflix me impresionó desde el primer sonido y la primera imagen, por su gran calidad visual y sonora. Luego me fascinó el trabajo de los actores, Walter Moura está soberbio en el papel de Pablo Escobar, pero también son excelentes el resto de elenco de la serie. La combinación de elementos documentales con filmaciones de época, estadísticas, fragmentos de noticieros, fotografías contribuyen a proporcionarle a la serie una profundidad argumental que sorprende y emociona.
Porque lo que fundamentalmente me sacudió y conmovió fue la historia que se narra de un país que debe pagar con sangre y dolor el problema de la producción de drogas, que se muestra como una terrible enfermedad que contamina como un cáncer todo el entramado político y social colombiano. En suma, una serie potente, bien urdida en cada una de sus temporadas, que explora con seriedad y hondura la historia de la producción y tráfico masivo de drogas, una problemática que actualmente posee escala mundial y que afecta a muchos países y personas.